En febrero llegamos a una realidad. La realidad de nuestros propósitos. Vemos qué va a ser factible y qué no.
Yo por ejemplo me debato en la idea de si viajar o no. Llevo algún tiempo ahorrando para poder viajar overseas y ya estaba realmente decidida a hacerlo, hasta propuse una fecha para tener algo más claro. Pero ahora que estoy viendo lo que necesito, creo que aún no tengo dinero suficiente.
Adicionalmente, encuentro otras necesitades personales, de salud, que debería satisfacer, ya que he propuesto por mucho tiempo. Así que, ir o no ir? he ahí el dilema...
Lo malo de no ir sería que tendría que esperar más para poder cumplir mi sueño de viajar a Europa, dejaría a mi amiga checa esperándome y me gastaría el dinero en otras cosas.
Lo malo de ir, sería que estaría un poco restringida con los gastos, no me quedaría tiempo suficiente, no me podría comprar nada y probablemente quedaría endeudada.
Ahora, lo bueno de ir, sería ir! y cumplir mi sueño y conocer y todo lo bueno. Y lo bueno de no ir, sería que podría cuidar mi salud un poco más, podría viajar con mi familia y soportar de una mejor forma la cuesta de enero (que en mi caso, se va a prolongar hasta julio).
No sé qué hacer! tengo muchas ganas de ir, este viaje es mi premio por terminar mi licenciatura (aunque aún no me he graduado), pero no puedo ignorar la realidad de mi economía y finanzas y descuidar mi salud.
Debo solucionar pronto este dilema. -- oigo ofertas--
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