martes, 7 de octubre de 2008

Discurso de graduación

Todos los años de mi vida he esperado el mes de octubre con una emoción especial.
Espero este mes con cierta espectativa y alegría; sin embargo, en muchos años, lo que sucede no cubre mis espectativas. Quedo esperando aquello que llene el sentimiento de haber terminado un año más de vida satisfactoriamente.
Sin duda alguna, espero que este año sea diferente; no por que espero lo mismo que en mis cumpleaños anteriores, ni por la edad que voy a cumplir o porque ya casi termina el año. De verdad espero que sea diferente.
Este mes corona mis esfuerzos de muchos años, así como este semestre también veo llegar el fin de lo que he trabajado por tanto tiempo y me hace sentir especialmente optimista.

Sí, es una alegría que nunca había experimentado. Creo que debe ser orgullo de mí misma.

Han sido muchos años de estar lejos de mi familia, muchos años de estudiar duro, de reuniones de grupo, de pasar noches en vela; pero también han sido muchos años de aprender, de compartir y de ganar amigos.
Agradezco a mis padres y mi familia por el apoyo que me han dado en estos seis años. A mis amigos que, estando yo lejos de ellos, no me han olvidado. A los que me han dado su apoyo y me han recibido en el tiempo que he estado lejos de mi familia y principalmente a Dios que me ha dado la fortaleza, sabiduría, paciencia y esfuerzo para continuar por este camino.

Tal vez cumplir 25 años no sea algo tan malo después de todo, cuando vemos algunas de las etapas importantes de nuestra vida cerrarse con éxito.

1 comentario:

Leo Jiménez dijo...

Gracias por la felicitación, que linda.

Y felicidades para tí también, tanto por tu cumple como por tu título.

Veinticinco años es un bonito número, un cuarto de siglo ;-)